Pechuga Pollo entera al Horno

El origen de la relación del pollo con el ser humano se remonta al Neolítico, concretamente en el marco del cambio de sociedades cazadoras-recolectoras a agricultoras-ganaderas. Algunos estudios revelan que las primeras gallinas y pollos domesticados pueden provenir de la India, hace más de 4.000 años.

No obstante, los primeros datos sobre la domesticación de gallos proceden de lugares tan alejados entre sí como China, Egipto y Creta, durante el 1400 a.C.

La domesticación de aves en el continente europeo sería más tardía, concretamente hacia el año 700 a.C. Ha quedado demostrado que los celtas del norte disponían ya de pollos antes de que Cesar invadiera Bretaña en el siglo I a.C., pero sería el Imperio Romano, a través de las rutas comerciales entre sus colonias, quien realmente propagaría la cría de gallos, gallinas y pollos por toda Europa durante los primeros siglos después de Cristo.

Para los romanos el gallo era el símbolo de Marte, dios de la guerra, por lo que lo utilizaban como sacrificio en rituales religiosos y además como recurso alimenticio, reconociendo en este animal también un emblema del valor. En numerosas excavaciones arqueológicas se han encontrado cerámicas, esculturas, monedas, pinturas o mosaicos en los que se adivinan figuras de gallos, gallinas o pollos. Su interpretación es complicada, pero algunos especialistas han querido ver en ellos distintivos religiosos romanos relacionados con ofrendas o sacrificios paganos.

La religión cristiana y La Biblia también tienen en el gallo uno de sus símbolos destacados puesto que si se representa este animal cantando se hará referencia a la resurrección de Cristo, motivo por el cual en algunas iglesias se conserva la tradición de colocar en su punto más elevado una veleta con la forma de un gallo. También es conocido el texto, relacionado con la vida de Cristo, en que Jesús le dice a San Pedro que tres veces antes de que cante el gallo negaría su relación con el Maestro.

En la Edad Media, se atribuía al pollo origen acuático, y de esta manera, su consumo era permitido en época de cuaresma. Durante este tiempo, su presencia protagonizaba las mesas señoriales.

De hecho, durante el siglo X, la carne blanca como el pollo era considerada en Europa ‘carne de señores’, y en algunos lugares, era un tributo que la población debía rendir a los señores feudales.

Durante el medievo, los banquetes que ofrecían los ‘señores’ eran una demostración de fuerza y una ostentación de poder, y en ellos nunca faltaban los pollos y las gallinas, que los cocineros de la época guisaban de diversas formas. Las aves se presentaban a la mesa sin seccionar, y los comensales debían hacer gala de su pericia para poder ingerirlos, cortando la carne con sus propias manos.

Para celebrar el fin de la época de recolección, se celebraban banquetes en los que se comían opíparamente gallinas y capones. En los pueblos, la degustación de estas aves suponía una demostración de agradecimiento por la cosecha conseguida.

En cuanto a las propiedades adivinatorias, legendarias y místicas, desde la antigüedad han existido numerosos videntes, oráculos y médium que han querido leer el futuro en las entrañas de estos animales después de haberlos sacrificado. Una práctica que aún se conserva en algunos rituales actuales.

La diferenciación y selección de razas comenzó durante la Edad Media, tomando suma importancia en la alimentación la carne y los huevos que proporcionaban estas aves.

Ya a partir del siglo XV, el intercambio cultural que se produjo entre los dos mundos debido a la colonización española en América, permitió que el pollo y las gallinas fueran llevados al nuevo continente, y que a partir de ese momento pasasen a formar parte de sus costumbres gastronómicas y de vida.

Generalmente cocinar la pechuga tiene el desafío de que no quede seca o cruda, con esta técnica al horno y con termómetro no fallarás nunca.

Ingredientes

Ingredientes adobo

Ingredientes

    Procedimientos

    Paso 1

    Preparación día antes

    Mezcle los ingredientes del adobo y cubra completa las pechugas con el adobo y déjelos en un bolsa (ojalá al vacío penetra más rápido) por toda la noche.

    Paso 2

    Preparación

    Prenda e Horno a 180C.

    Ponga las dos pechugas de pollo con el adobo en una bandeja, agregue la copa de vino blanco, las cebollas tomates y pimentón, agregando un poco de sal y pimienta a los vegetales.

    Paso 3

    * 3 imágenes

    Paso a paso

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